No es habitual que se publique literatura Pulp gay o lésbica traducida en nuestro país, y menos aun en la actualidad. Por ello fue toda una sorpresa descubrir que la editorial Suma de Letras (de Santillana) editó en 2012 las dos primeras novelas Pulp de Ann Bannon traducidas al castellano y al catalán.
Se trata de unas novelitas que hoy en día se consideran legendarias entre el público lésbico estadounidense de cierta edad, pues para muchas mujeres supusieron una forma de descubrir su sexualidad y abrieron el camino para futuras autoras. Recordemos que en esa época, los homosexuales se consideraban a sí mismos rarezas, creyendo que pertenecían a una minoría insignificante, casi ignorantes de la existencia de otras personas que compartieran su orientación. Así, encontrar este tipo de literatura suponía una revelación e incluso una revolución, y la literatura Pulp pavimentó este camino de identificación con sus atrevidas narraciones homosexuales que llegaban a un amplio público gracias a su difusión.
La novela "Soy un bicho raro" explica la llegada al campus universitario de Laura, una tímida joven cuyos padres se han divorciado recientemente y que en estos momentos sufre una especie de crisis emocional por culpa de ello. En cuanto conoce a la que será su compañera de habitación, Beth, se enamorará profundamente de ésta. Beth también comparte los mismos sentimientos hacia Laura, pero al mismo tiempo siente una profunda atracción hacia los hombres, con los que sólo ha tenido relaciones tempestuosas en el pasado.
Es una novela que se lee con facilidad, pues su argumento es simple, con muy pocos personajes. Y el lenguaje es accesible y directo, sin florituras. Rara vez se entretiene en detallar lugares o ambientes, sino que se centra exclusivamente en los sentimientos de los protagonistas, a los que dedica párrafos verdaderamente pasionales. Así, todo es fibra sin grasa, no hay sub-historias ni complejas disertaciones existenciales, todo se centra en el triángulo amoroso Laura-Beth-Charlie, que se airea con algunos personajes secundarios que ayudan a perfilar las acciones y motivaciones.
Es agradable que una novela de 1957 trate la homosexualidad de una forma tan positiva y abierta. Sí, la narración deja bien claro que la relación entre Laura y Beth se sale de lo habitual en el entorno en el que ambas habitan; pero con contadas excepciones, las dos protagonistas viven siempre su relación como algo hermoso y benigno. Sin lamentaciones o acusaciones, su amor es puro y diáfano. Y la descripción de sus demostraciones de afecto es siempre delicada, sin escabrosas descripciones sexuales.
Y no, nadie se suicida al final. Aunque no quiero revelarlo, la conclusión es bastante positiva, tan sólo con una ligera nota agridulce que apenas empaña ligeramente un remate creíble y aceptable, incluso viendo la narración desde el punto de vista de nuestros días.
Por supuesto, recomiendo encarecidamente la lectura de esta novela. Aparte de su significación en su país de origen, el raro acontecimiento de leer una novela Pulp lésbica en castellano convierte en un verdadero lujo disfrutar este libro en nuestro idioma y es una posibilidad de excepción de poder vivir la homosexualidad a través del prisma de los años 50. Es como una cápsula del tiempo a través de la que podemos penetrar en una época pasada y ver cómo se vivía el lesbianismo en america hace sesenta años.
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